domingo, 13 de octubre de 2013

Cada Día.



Bajo el peso de la melancolía
todo saber se hace inútil.
Los días se llenan de objetos,
de rituales huecos que nos vacían.
Ni siquiera somos maniquíes.
Pulpa perecedera.
Voz que interroga y vocifera.
Antiguo pánico irreductible.

Salgo a la ciudad
con mi atuendo de parsimonia.
Actúo la contemplación en movimiento.
Vuelvo a saturarme de imágenes
para distraer la tristeza
y llegar a la noche con material suficiente

para elaborar inventarios del deterioro.



10 comentarios:

  1. En realidad, aunque no nos demos cuenta, cada paso que damos es un avance inexorable en la dirección opuesta. El tiempo corre en nuestra contra. Nuestro punto de equilibrio es el fin.

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  2. Anuar, esa fotografía, con libros de variados colores, debieran conmover al poeta, un abrazo!

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  3. Y así nos seguimos engañando...
    Excelente reflexión!
    Saludos desde Montreal.

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  4. La imagen, grandiosa. La callecita plena de colores y el saber a través de los libros, me encantó. El poema, como siempre, te hace reflexionar. Gracias.

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  5. Sigues de vacaciones amigo, paseo por tu casa y no encuentro nuevas letras, ja ja ja, Un abrazo.

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  6. Pero la tristeza se deja distraer?, me dejas reflexionando...Gracias

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  7. ¿Es usted la misma persona que me regaña en otras entradas?

    Yo soy el mismo que escribe esto que usted aquí califica de perfecto y allá le incomoda.

    Me parece bien producir ambos efectos.

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  8. Voz que interroga y vocifera... siempre es así cuando la inquietud es profunda, intensa y lastimera...

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